Tan sólo con un poema
alcanzo a sentir que llegas desde el recuerdo.
Me vacío en la quietud de las horas.
Desafío mi inquietud,
porque sé que se prolonga la ansiedad
en ese espacio que tú llamas olvido.
He dejado, he sentido que sea,
porque sin otra razón
se ha quedado el corazón vacío.
Días, en ese fácil decir que todo es vida,
que nada altera el alma que desespera
recuperar las gotas de la lluvia caída.
Herida en la rosa del jardín.
Es así como se ejecuta el ritmo consonante
de quien espera, y nada más.
Vas hacia la orilla de un mar presente,
generoso en el suelo; ausente
de ese haber sido como el tiempo detenido
sobre mi horizonte.
Recuperar los recuerdos es abrir una caja mágica llena de sentimientos, que tiene las bisagras enmohecidas por el desuso. Una vez abierta son los sentidos los que juegan con nosotros a su merced; algunas veces para bien y otras para mal