Danae
De muy niña, he visto las manos arañadas de los recolectores de caña de azúcar, en una visita que una vez hice con unos tíos míos a una plantación. Me impresionó, y no lo he olvidado.
Ya ves lo que puede evocar un texto hermosamente hermético ...
Un enorme abrazo.
06/05/12 07:05