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El Planeta de Los Simios

Teniamos la delirante mision de incendiar el planeta entero y al mismo tiempo evitar que las llamas alcancen la unica casa en pie, en ella habia reservas para dos, las que debian ser suficientes para un largo tiempo. Cuando el planeta comenzo a arder pensamos que los monos huirian espantados hacia cualquier lugar que eventualmente los mantenga a salvo de la voracidad de las llamas. Esto no ocurrio, por alguna razon que desconozco, estos comenzaron a trepar hacia la casa segura, y lo mas sorprendente de todo es lo que ocurrio luego de que el imparable fuego deshiciera la superficie del pequeño planeta gris. Comenzamos a divizar caños de andamios unidos unos a otros con coyunturas y la estructura que estos formaban soportaba el planeta entero. Los monos que para entonces eran feroces bestias trepadoras comenzaron a desplazarse entre la estructura de caños con direccion a la casa, debimos entonces probarnos con ellos en destreza trepadora, aunque claro esta, nos superan sin esfuerzo. Si bien le llevamos la delantera por varios cientos de metros, su agitacion desatada por el espanto de ver su habitat ser devorado por las funestas llamas los convierte, para el caso, en el rival mas competente, insuperables en su capacidad trepadora y dado el impensable escenario conviertien la distancia que nos separa en escasos metros en cuestion de segundos, ahora es salvese quien pueda. Estamos a pocos pasos de la puerta de entrada y los monos se atropellan detras nuestro. Alcanzamos la entrada mientras los fuertes brazos de los monos ya nos sujetan las ropas, entramos al vestibulo y cerramos desesperados la puerta con los monos abarrotados tras el umbral, empujamos con fuerza para impedirles el paso, estos se aplastan intentando entrar y aunque son muchos no consiguen entrar. Con enorme dificultad conseguimos cerrar la puerta. Asomados a las ventanas de la planta superior vemos lo inimaginable, el planeta quedo reducido litralmente a un esqueleto de caños. Los monos estan afuera colgados de estos. Algunos haciendo piruetas saltando de un caño a otro. De repente golpean a la puerta, uno de los monos intenta negociar con nosotros, desean entrar a la casa. Sostiene que siendo responsables incuestionables de destruir su planeta entero debemos compartir el alimento. Despues de largas discuciones negociadoras, incluyendo una larga disertacion sobre darwin y la teoria de la evolucion, comprendemos que le debemos el ingreso, no tenemos opcion. La puerta se abre los monos entran lentamente, algunos mas recelosos se avientan entre los caños a la espera de algun incidente, mas tarde ese dia la casa recupera la calma, por fin el silencio. Subido al techo en dos aguas de la casa contemplo el fantastico y cruel espectaculo, no ha quedado mas que la casa. Ahora entiendo que solo de nosotros depende, de nosotros y los monos, reconstrir el planeta que decidimos incendiar la noche anterior.
Nicobritez06 de mayo de 2016

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