Salí a fuera, ella estaba en la terraza, no me esperaba, de modo que en silencio me acerqué y me senté a su lado, ella estaba tumbada hacia el cielo, y levantaba el pulgar y la vista de una manera absurda, alcé la vista y vi que era enero, que la luna estaba llena y el frío cielo estaba totalmente despejado y libre de la polución que tanto lo atormenta, sin duda era una noche preciosa. No comprendí que estaba haciendo, así que le pregunté, ella me dijo que intentaba tapar la luna, yo me reí, ella siguió y me dijo que lo hacía porque la luna era demasiado grande y no le dejaba ver las estrellas, pensé que estaba loca, al momento no lo entendí. Me tumbé a su lado e hice lo mismo que ella y en un momento lo vi todo claro, en ese momento supe porqué me enamoré de ella, era la única persona que había conocido capaz de sacrificar la visión de algo tan hermoso como aquella luna, tan solo para apreciar mejor los miles de insignificantes puntitos que brillaban en el cielo aquella noche.

NicotinaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos