La noche la pasé metido en las sábanas, me movía cada rato de posición, sentía que una culebra se deslizaba por mis entrañas, el miedo interno a nada, me tendía una trampa dentro de mí mismo. Y seguía nevando. Cada vez más fuerte.
La oscuridad, bañaba cada centímetro de mi habitación con un olor a soledad que me daba nauseas. Fui al baño, vomité. Y luego fumé un cigarrillo.
Al voltear, me vi completamente desnudo. Me toqué los hombros y los pómulos, buscando un rastro de piel suficientemente libre de toda soledad, de todo olor a rancio, a viejo. Y no, no lo conseguí.
Abrí la gaveta. Y a la mañana del 3 de abril de 1984, me puse la peluca, los ojos, y la ropa de Pedro. Era él. Más que él mismo.
Tilín….sonó el timbre.
Cuando abrió la puerta, grande fue su impresión.
- ¿quien eres?
- Pedro, es obvio que lo soy ¿no?
- ¿Pedro?, ese es mi nombre…
- Lo era…
- Lo es… ¿quién eres?
- Pedro, te he dicho que soy Pedro, el Pedro que estudia álgebra, tiene una novia llamada Elizabeth, y la engaña con una rubia de otra facultad llamada Jade, ese Pedro soy yo, el que es zurdo, se masturba en los cines, y vive una vida ficticia que él mismo inventó.
- Voy a llamar a la policía, no tengo ni idea de quien eres…así que te voy a agradecer que te vayas de mi casa lo antes posible… (me contestó nervioso).
- ¿Por qué?, ¿te da miedo verte al espejo?
Hubo una silenciosa pausa.
- soy Pedro…el verdadero Pedro.
- Vete de mi casa….y esta vez hablo en serio (me dijo nervioso)
- No, esta no es tu casa….
- No se de lo que hablas…
- Sabes perfectamente que estas en la mía...o te vas por las buenas o el que llamará a la policía aquí soy yo
Poco a poco, fue retrocediendo, como una presa acorralada.
- hasta utilizas la misma ropa que yo…que descaro (respondí), ¿que? ¿Un Channel? ¿Un pelo lacio hecho en la peluquería? ¿Unos ojos verdes que son falsos?
- Aléjate… en serio aléjate
Los silencios fueron cada vez más cortantes y más filosos. Cada paso que retrocedía se volvía en miles de segundo
- …es que siempre la verdad estuvo frente a mis ojos y no me había dado cuenta.
- Eres falso...
- No…ya no lo soy…lo eres tú (contesté), siempre lo has sido…viviendo una vida que no es tuya…
- ¡¡¡VETE DE MI CASA MALDITA SEA!!! (gritó a todo pulmón)
En eso, corrió hacia la mesa y tomó un florero de vidrio.
- ¿ahora te refugias en un material inanimado para cobrar valentía ante la verdad?
- La única verdad es que estás loco…seas quien seas…
Y el silencio se apoderó de la sala.
- Pedro, sólo soy eso…Pedro.
Y de mi bolsillo trasero saqué el arma que pondría fin a la conversación.
¡¡¡PUM!!! Se escuchó….y luego vino el silencio.
Cuando él tosió, vio que su pañuelo dibujaba un pequeño camino de sangre sobre ella. Ahí supo que todo había terminado.
Era el 3 de abril de 1984, el frío invernal que azotaba la ciudad de Manhattan, era de tal magnitud, que habían declarado a la región en estado de alerta.
El frío viento rasgaba los vidrios de las ventanas, tratando de poder entrar así a las casas, para mantener el calor esfumado y desparecer el aliento humano en un frío vacío inhóspito.
Su nombre era Pedro.
Caminaba en las heladas calles de una Manhattan sola y desierta, arropado por el frío, dejando su firma con cada paso.
En su rostro se dibujaba una sonrisa que ahora nadie podría borrar.
En eso una mujer lo tropieza. Cae la identificación de él.
- disculpe…señor...(la mujer se agachó y tomó el pedazo de plástico)…Marco
- no…ese no es mi nombre…me llamo Pedro (contestó el hombre con una sonrisa dibujada en su rostro). Mi nombre es Pedro.
