Envenéname la mente… deja correr ese frío sepulcral por todo mi cuerpo. Sí… ese frío que te inunda cuando te enteras de algo… cuando quieres matar a todo el mundo.
El odio, el amor, la decepción, el coraje, las ganas de ver sufrir: todas ellas corren por las venas… van del estomago a todas partes, pasa por las vísceras, por el pecho, las piernas y van a los brazos, terminan en los dedos que escriben la última carta.
Ese frío que te hace sentir mal… eso que sientes cuando piensas en la muerte… aquello ajeno a tu voluntad, a la de dios y de los ángeles.
Envenéname la mente de pensamientos verídicos, de sonrisas robadas, de actos vistos con los ojos, vistos con el alma, tocados con el espíritu.
La acción de aquella pócima bebida a voluntad, causa efecto en el cerebro… qué más da si ahora es amigo o enemigo.
Aquella vista, en el balcón de las ilusiones… ahora se ha cambiado, se ha repetido la historia inversamente… de nuevo frío … dan ganas de llorar … ¡envenéname cerebro! … déjalas salir. Del cuerpo brotan lágrimas en demasía calientes en equiparación con lo demás.
No quieres consejos … caminas … piensas en el cómo … el por qué no importa … ¿qué pasará? … … … halas el detonador y como dice aquella canción en otro idioma; una para ti, una para mí …
La Nínfula del Arcángel
Impresionante? me hiciste recordad a la "peque?a calma antes de la tormenta" en la 5ta de Beethoven... aunque no recuerdo cu?l es la rola de la que haces menci?n...