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El Beso Del Ángel 31 de marzo de 2012
por noctambulus
El muchacho despert sobre saltado, estaba baado en sudor, le costaba respirar y tena el pulso acelerado. Estaba desorientado, no recordaba nada, nada de lo que haba hecho antes de dormir. Slo recordaba un profundo dolor, dolor de seguir viviendo, de continuar con la vida que haba llevado hasta ahora. An no tena claro por qu no quera seguir viviendo, pues lo tena todo, una familia, dinero, amigos, o quizs no, no lo tena todo, slo tena dinero, dinero que no era suyo en realidad, era de sus padres, unos padres que nunca le prestaron atencin, que slo se limitaban a llenarlo de cosas materiales para reemplazar el afecto y la atencin que nunca le daban. Pero ahora ellos ya no estaban, haban muerto unos aos atrs y lo haban dejado solo y con todo el dinero y bienes que haba acumulado durante toda su vida. Pero no era la ausencia de sus padres lo que le causaba tanto dolor, no era su muerte la causa de su sufrimiento. La causa de su dolor era que se fueran y nunca le dijeran cuanto lo amaban, cuan importante era l para ellos, nunca durante toda su vida escuch salir de los labios de sus padres las dos palabras por las cuales hubiese dado todo lo que tena y lo que no tena tambin, todo por orlos decir te amo. Pero no, nunca lo dijeron y ahora no lo dirn. En cuanto a los amigos estos nunca lo fueron de verdad, slo se acercaban a l por su dinero, as que sobre ellos no haba ms nada que decir. As que en realidad nunca conoci la amistad, la verdadera amistad. En cuanto al amor este siempre vino acompaado por el inters, de modo que el amor en su vida slo estuvo de paso dejndolo en compaa del inters. Ahora lo recordaba, recordaba por qu no quera seguir viviendo. Porque sin amor no tiene sentido vivir. Se sent en la cama y mir haca la ventana, era de noche y pens que no deba de haber dormido mucho porque todava no haba salido el sol, sin embargo senta como si hubiese despertado de un largo sueo, un sueo profundo. De pronto sinti un escalofro que invadi todos sus huesos, not una presencia a su lado, lentamente gir la cabeza y sus ojos lo vieron, al verlo sinti un vaco que naca en su estomago y ascenda hacia su pecho. Ah estaba l, alto, hermoso, de cabello negro y liso que le llegaba a la cintura, su piel era gris como las nubes que anuncian la lluvia, sus labios brillantes parecan de plata liquida, y sus ojos totalmente negros, lo que daba la impresin de no tener ojos a no ser por el brillo que despedan cuando observaban al muchacho, llevaba una tnica negra y estaba descalzo. Su belleza era extraa pues era imposible saber si era l o ella, daba la impresin de ser ambos. Extendi su mano derecha y la coloc sobre el hombro del muchacho y le dijo:

___Al fin despiertas, te estaba esperando. Sus ojos brillaban mientras deca estas palabras, eran como dos piedras de azabache sobre las cuales danzaban destellos azules como los de una llama perfecta. Su joven y hermoso rostro dibuj una extraa sonrisa, mezcla de amabilidad y perversidad.

El muchacho estaba inmvil sentado sobre su cama, un sudor fro recorra todo su cuerpo y el vaco es su estmago era cada vez mayor, senta que su pecho se contraa y le costaba respirar. Sin embargo no dejaba de ver a esa extraa figura parada frente a l, senta miedo como nunca antes lo haba sentido, poco a poco este se iba apoderando de cada clula de su cuerpo. El terror se haca infinito en medio de la oscuridad de su habitacin, la nica fuente de luz era el plido resplandor que emanaba la extraa figura parada frente a l, irradiaba una luz tenue y fra como la de la luna, pareca una hermosa pieza de plata fosforescente. Esta segua sonrindole de una manera extraa y sin dejar de observarlo, el tiempo transcurra sin ningn sentido, como sino existiese. No supo cuanto tiempo dur esta situacin, senta la boca seca, los labios fros y la lengua inmvil dentro de su boca, las palabras se ahogaban en su garganta y se negaban a salir. Hasta que al fin se arm de valor, orden a su lengua que se moviera y a sus labios que se despegasen, despus de un largo y agobiante esfuerzo logr pronunciar dos palabras apenas audibles e inteligibles para el odo humano:

___ Quin eres?, al hacerlo perdi el aliento y sinti como si toda la energa de su cuerpo saliese con esas palabras a travs de su boca.

El extrao ser respondi con una voz suave pero firme como la luz de la luna llena, profunda y penetrante como la noche cuando est apunto de morir para dar paso al alba. Lleg a los odos del muchacho como un susurro parecido al sonido que produce el viento al pasar a travs de los rboles de un bosque en las noches clidas.

___Slo soy lo que soy y nada ms, sin embargo me han dado muchos nombres a lo largo de la historia. He sido odiado por muchos, deseados por otros como t y aceptado por unos pocos. La mayora teme mi llegada, hacen todo lo posible por retrasarla, mas al final todos terminan frete a mi, muchos llenos de miedo y pocos llenos de paz. Slo soy un mensajero, un gua que los llevar hacia el camino que deben recorrer, el camino que se inicia despus de que han abandonado su forma corprea. Veo que mis palabras te suenan extraas, toma mi mano y djame mostrarte el mensaje que he trado para ti.

Le extendi su mano al muchacho, este vacil un momento pues an no se recuperaba de la impresin de or a esta figura fulgurante que hablaba con una voz clara pero que pareca venir de lejos. Despus de un rato decidi tomar la mano gris que se tenda frente a l. Al hacerlo sinti un escalofro que recorri todo su cuerpo, desde el cuello hasta los talones. La mano era fra, pero suave como el algodn y lisa como la seda, se puso de pie y por primera voz not lo alto que era el compaero que ahora lo sujetaba con firmeza, pareca medir ms de dos metros y ahora que estaba de pie junto a l notaba que sus pies no tocaban el suelo, flotaban a unos pocos centmetros de este, su tnica pareca estar hecha de humo negro y se mova con mucha gracia como si el viento la moviese suavemente. Solt la mano del muchacho y lo sujeto por los hombros, con un movimiento de la cabeza le indic que mirara detrs de l, lo solt y entonces el muchacho se dio vuelta y vio algo que lo dej impresionado, sobre la cama estaba l aparentemente dormido. Esta imagen lo confundi mucho, estaba vindose a si mismo acostado en su propia cama, se acerc lentamente a su otro yo y trat de tocarlo, pero entonces sucedi algo que l no esperaba, al colocar su mano sobre la cara del que estaba sobre la cama, esta lo traspas como si se tratase de unan imagen proyectaba sobre las sabanas. Intent tocarlo con ambas manos nuevamente sobre el pecho, el estomago, las piernas, pero siempre era lo mismo. Se gir hacia la figura fosforescente con la boca abierta y el rostro lleno de sorpresa y confusin, la figura interpretando su gesto le indic con las manos que viese hacia la mesa junto a la cama, se giro nuevamente y sus ojos se posaron sobre un vaso que contena una pequea cantidad de un liquido blanco, junto a este haba un frasco destapado de veneno para ratas. Como si fuesen un montn de ladrillos que caan dentro de su cabeza los recuerdos llegaron trayndole la verdad de lo que haba sucedido aquella noche. Cay al suelo de rodillas, lleno de miedo y desesperacin, las lgrimas salan de sus ojos con mucha rapidez, se senta vaco y el miedo era cada vez mayor. El muchacho estaba de rodillas sobre el piso presa del miedo y la desesperacin y frente a l estaba el ngel de la muerte mirndolo fijamente.

___Mi presencia siempre causa este tipo de reacciones en las personas incluso en las que me llaman como lo hiciste t. Dijo el ngel de la muerte. Llora todo lo que quieras aunque djame aclararte que lo que sale de tus ojos no son lgrimas, es ms ni siquiera tienes ojos, no tienes cuerpo. No eres nada ahora, crees que lloras porque aun crees que tienes cuerpo, lo que crees que sale de tus ojos es slo el recuerdo de lo que en tu vida sobre la tierra conociste como lgrimas, los sentimientos y sensaciones que experimentas ahora son producto de la confusin que tu alma siente ahora que est libre, se siente desnuda e indefensa ahora que no tiene un cuerpo en donde residir. Por eso no pudiste tocar tu propio cuerpo sobre la cama, porque ahora no eres nada, ya no eres materia. Eres energa y la energa atraviesa el tiempo y el espacio sin que nada pueda detenerla. El ngel de la muerte se acerc al muchacho y pas su mano sobre su cabeza y acarici su mejilla, lo ayud a ponerse de pie y le dijo: esta noche t has decidido poner fin a la vida que se te dio sobre la tierra, cuanto tiempo llevas muerto no tiene sentido que me lo preguntes porque para los muertos no existe el tiempo, los muertos no tienen lugar ni tiempo sobre la tierra. He venido para llevarte conmigo y mostrarte el camino que debes seguir, a dnde te llevar ese camino no me est permitido decrtelo. Ahora toma mi mano y sgueme.

El muchacho sec sus lgrimas con sus manos, no entenda eso de que no estaba llorando, de que esas no eran lgrimas, de que no tena cuerpo, de que ahora no era nada. Mentira, poda sentir sus manos y sus mejillas hmedas, poda ver sus manos, sus pies, poda ver todo su cuerpo, incluso poda sentir el aire fro que entraba por la ventana. Senta miedo, claro que senta miedo, pero ahora lo recordaba todo. Llevaba meses pensando en suicidarse, no soportaba ms la vida que tena, no soportaba ms la soledad que lo rodeaba, no soportaba ms no ser amado, desde nio lo nico que haba querido era recibir un poco de amor, pero al parecer a l le estaba negado. Entonces una vida sin amor no tiene sentido vivirla, as que lo decidi, esa noche pondra fin a su vida, no esperara ms a que el amor llegara y ya no tena ganas de seguir buscndolo. Al principio pens en escribir una nota explicando los motivos que lo llevaron a suicidarse, pero luego cay en cuenta de lo absurdo que sera hacerlo, a nadie le importaba su vida, as que nadie iba a leerla, quizs slo la leyeran los policas, pero a ellos no les importa nadie, as que no vala la pena dejarles por escrito por qu se suicidaba. Luego pens cmo morira, haba muchas formas de hacerlo unas ms dolorosas que otras, pero ese era el punto, en su vida slo haba existido dolor, as que no haba mejor forma de morir que a travs del camino del dolor, que mejor forma de abandonar este mundo que en compaa de lo nico que realmente haba tenido, porque s, su dolor era suyo y de nadie ms, slo l lo senta y slo l saba su origen, todo lo dems haba sido superficial, circunstancial, frvolo, irreal. Se senta nada, menos que un insecto, pens que podra usar para envenenarse y al final se dio cuenta que la respuesta estaba justo en frente de l. Desde nio haba visto como moran las ratas cuando coman alimentos que contenan veneno, haba visto como moran victimas del dolor y la desesperacin. Qu mejor forma de morir que esa pens, qu mejor forma de terminar la vida de un miserable como yo que hacerlo al igual que un ser tan miserable como una rata. No lo pens ms, al caer la noche tom un vaso con agua y vaci casi todo el veneno para ratas que haba en el frasco, se quit la ropa y se qued totalmente desnudo. Sin nada vine a este mundo, nada tuve en esta vida y nada me llevar, se dijo a si mismo. Tom el vaso con el veneno y se lo tom lo ms rpido que pudo, apenas hubo puesto el vaso sobre la mesa comenz a sentir un fuerte dolor, senta que se quemaba por dentro, que su estomago, su garganta y todo dentro de l se disolva, como si hubiese ingerido cido. Dolor, mucho dolor y luego nada. Despert, era de noche y frente a l estaba el ngel de la muerte, a su lado sobre la cama y en forma grotesca estaba un cuerpo desnudo, convulsionado y con muestras de haberse retorcido de dolor hasta morir. Ahora se vea a si mismo desnudo frente al ngel de la muerte.

___Ahora sgueme, ya no puedes quedarte aqu, ya no perteneces a la tierra, tu tiempo de irte no era este, mas t has decidido marcharte esta noche. Ahora afronta el camino que has elegido. Dijo el ngel de la muerte con su voz caracterstica.

Estas palabras aumentaron su miedo, pero de pronto sinti ganas de rerse de si mismo, tena miedo de irse con el ngel de la muerte, era absurdo, l haba decidido acabar con su vida, entonces por qu tena miedo. La respuesta lleg ms rpido de lo que esperaba, cuando pens en morir lo hizo creyendo que despus de la muerte no haba nada ms, que morir sera como un sueo del cual no se despierta jams, nunca imagin la situacin en la que se encontraba ahora. La muerte implica seguir un camino pero, a dnde?

___Yqu pasa si no quiero ir contigo, qu pasa si decido quedarme, qu vas a obligarme a ir contigo? Dijo el muchacho en tono desafiante, que en realidad disfrazaba su miedo.

___No, no voy a obligarte a ir conmigo, si decides quedarte es tu eleccin al igual que lo fue morir. Dijo el ngel de la muerte. Pero djame advertirte algo, si te quedas las cosas no sern como t estas pensando, recuerda que ya no eres materia, como te dije ya no eres nada, ya no perteneces al plano terrenal y por lo tanto no vers al mundo tal cual es, lo vers como lo recuerdas, vers lo que quieres ver, crears tu propio mundo y permanecers en l. Con el tiempo tu memoria ir desvanecindose hasta que ya no recuerdes quien eres ni que haces aqu. Te convertirs en una pattica forma de vida, pues te recuerdo que la vida no termina cuando el cuerpo muere, simplemente cambia de forma. Cmo crees que se forman los fantasmas, son almas que al igual que t deciden quedarse y no seguir su camino, se quedan aqu amontonadas como gusanos hasta que se den cuenta de que deben marcharse, pero mientras ms tiempo pasen aqu ms difcil es que lo hagan. Ahora te pregunto, es eso en lo que quieres convertirte?

___Claro que no, pero entiende esto no es lo que yo esperaba, tengo miedo. A dnde debo ir. Dime algo. Grit el muchacho con todas sus fuerzas.
___Lo que hiciste fue un acto muy grave, acabaste con el regalo que te haban dado. Dijo el ngel de la muerte mirando al muchacho fijamente a los ojos, su rostro expresaba una seriedad absoluta y el brillo azul de sus ojos se haba apagado, ahora eran simplemente dos piedras negras. Ahora djame hacerte una pregunta, dijo nuevamente el ngel.

___Qu quieres, dijo el muchacho, en cuya voz la ira aparente haba desaparecido para dejar al miedo al descubierto.

___Bien slo contesta lo siguiente:

___ Fuiste egosta y slo pensaste en ti durante toda tu vida?

___No, claro que no. Cmo te atreves a decir eso. Siempre fui un incomprendido, nunca recib la atencin y el cario que mereca. Dijo el muchacho con una voz que demostraba ira verdadera y de la que el miedo poco a poco iba desapareciendo.

___Mientes, grit el ngel de la muerte, esta vez su rostro demostraba una mezcla de ira y perversidad, sus ojos haban comenzado a brillar nuevamente pero esta vez las luces que danzaban en ellos eran rojas como metal incandescente. Alarg su mano derecha y con su dedo ndice toc al muchacho en la frente. De pronto frente a l aparecieron todos los momentos en los que no haca nada ms que quejarse de sus problemas, sin darse cuenta que las dems personas a su alrededor tambin sufran, pero l ciego en su egosmo slo vea sus problemas sin percatarse de los dems. Eso fue como hacer un viaje en el tiempo y ver su vida como si fuese una pelcula. Cuando el ngel de la muerte quit el dedo de su frente not que el ambiente haba cambiado, haca un fro intenso y el rostro del ngel demostraba ms perversidad que nunca.

___Fuiste cruel, sdico, abusaste de los dbiles slo por diversin, pregunt el ngel de la muerte.

___No, cmo puedes decir eso, yo siempre fui la victima, siempre me lastimaron, nunca me comprendieron, dijo el muchacho.

___Mientes, dijo el ngel y volvi a tocar su frente con el dedo. Entonces aparecieron todas las veces en que l humillaba a las personas que l consideraba inferiores slo porque tenan menos dinero que l. Mientras senta placer al verlas sufrir.

El muchacho temblaba de fro y el resplandor del ngel ya no era como el de la luna llena, sino que era rojo como cuando la luna se encuentra en un eclipse.
___No amaste a nadie en toda tu vida, no pensaste en nadie ms excepto en ti mismo, no diste amor a los dems y cuando alguien se acercaba a ti para darte amor t lo despreciabas. Dijo el ngel.

___Amor, nunca recib amor en toda mi vida, eso era lo nico que peda y jams lo recib. Dijo el muchacho con lgrimas en los ojos.

___Mientes, nuevamente el ngel le mostr su vida y el muchacho vio como personas se haban acercado a l para darle amor, pero l simplemente los depreci. Porque el amor que le ofrecan no era digno de l.

El muchacho lloraba como nunca, acababa de ver lo ciego que haba sido, lo estpido que fue al suicidarse en vez de abrir los ojos y ver la realidad tal cual era y no la que l se haba inventado. Mir al ngel de la muerte y le pregunt que poda hacer.

Entonces el ngel respondi:

___Fuiste egosta.

___S.

___Fuiste cruel.

___S.

___No conociste el amor.

___No.

___Viste slo lo que queras ver y creste slo lo que queras creer. Pregunt el ngel.

___S.

___Ahora ya ests listo para irte, te perdonas a ti mismo por todo lo que hiciste y por todo lo que dejaste de hacer, dijo el ngel.

___S.
El ngel de la muerte coloc sus manos sobre las mejillas del muchacho y con sus labios de plata lquida beso su frente, al hacerlo el fro que senta comenz a desaparecer, sinti cmo si lo halaran fuertemente por el estmago hacia su cuerpo, vio como entraba nuevamente a su cuerpo.

El dolor era intenso, senta que su cuerpo se estremeca, temblaba de dolor convulsionando a causa del veneno, poco a poco iba dejando de respirar, cada vez le era ms difcil. De pronto todo se puso negro, el dolor se hizo insoportable, el muchacho estaba muriendo, ya no poda respirar, el veneno haba cumplido su cometido. De pronto el dolor ces, ya no sinti nada ms. Luego senta que flotaba y una paz que no haba sentido nunca lo invada. La oscuridad desapareci y la luz lo ilumin todo.

3 Comentarios

Buen texto pero se me hico un poco espeso cuando los tediosos son tan largos te aconsejo humildemente dividirlos en capitulos. Bienvenido Saludos

31/03/12 08:03

Textos quise decir perdon

31/03/12 08:03

Libelle gracias por tomarte el tiempo y leer mi cuento, tomaré en cuenta tu consejo para la próxima vez que publique. Saludos.

31/03/12 05:03

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