La vida es sin duda un vaivén de ida y vuelta, las olas mueren en la arena, pero se vuelven a reproducir en el mar y llegan de nuevo. En realidad la vida es como un movimiento pendular infinito y nosotros somos la masa puntual, sujeta en el extremo inferior de ese péndulo.
Siempre estamos expuestos a los virus, sobre todo cuando uno atesora cariño y bondad.
Tus pensamientos son cariñosos, a la vez que buenos.
Un saludo, Nukh.
Cada nuevo sufrimiento nos provee de una cicatrización mas veloz, un nuevo aprendizaje, y sobre todo un nuevo olfato agudo, la naturaleza es sabia.El escozor se vuelve dulce.
Un placer.
Martín.
Es hermoso y en é hay vida: desengaños,errores y esperanza.
Un abrazo
Carlos