La conocí una noche de abril en pleno confinamiento. La forma, ya fue especial. Un simple "hola" abría las puertas de un futuro eterno. La conversación no duró más de una hora, pero para ambas hubo algo especial. Al día siguiente los mensajes siguieron y desde entonces ya no han parado. Creedme que ella es especial, es magia y luz. Nunca antes nadie se había parado a mirarla, sentarse frente suyo y hablar por horas. Yo lo hice y conocí a una de las personas más maravillosas que jamás haya conocido y, posiblemente, jamás conoceré. Os prometo que desde que empezamos a hablar hasta ahora, casi dos años después, nunca me he cansado de mirar mientras sonríe, mientras me habla de algo que le gusta mucho o simplemente, mientras nos miramos calladas, diciéndonos todo con la mirada. Hay personas que son magia y ella lo es.
Os seré sincera, yo vivía en un infierno. Confinamiento, trabajando muchísimas horas más de las permitidas, sola y en un caos sentimental que no me dejaba avanzar. El miedo, la ansiedad y la soledad eran mi día a día. Ella llegó como el arcoíris después de una gran tormenta, llegó para salvarme y lo ha hecho. Sigo viviendo muchos malos momentos, todos sabemos que convivir con ansiedad no es fácil, pero ahora está ella, me ayuda con los episodios más fuertes, está a mí lado cuando caigo y sabe exactamente qué hacer para que yo pueda seguir. Ella llegó para acompañarme en el camino y ambas nos acompañamos y apoyamos en todo eso que necesitamos.
Querida C, con tu magia me has salvado, con tu magia me has enseñado a luchar contra los monstruos, con tu magia me has enseñado qué es el amor, con tu magia me has dado calor, me has dado luz.
Querida C, gracias por estar en el camino y no dejar que me pierda. Te conocí una noche de abril en pleno confinamiento y un simple "hola" creó un "por siempre" eterno.