Como seres humanos
tendemos a estrujar
sin medir nuestra fuerza
a esa flor entre manos
la que tanto admiramos.
Y al contemplar entonces
sus pétalos quebrados
es cuando comprendemos
que nada merecemos
salvo lo robado.
Me gusta tu poema. Tiene un deje reflexivo que me llama la atención.
Ya lo decía J.J. Jiménez:
"No la toques ya más,
que así es la rosa"
un saludo.
No creas que lo que más nos llene sea lo robado. Creo que lo que nos llena más es lo que conseguimos por nosotros mismos y es valorado por los otros.