La piel antaño joven, cuarteada por el viento
recuerda tus caricias
y el brillo vuelve a los ojos de un hombre muerto.
Y si pudiera presentarme en tus sueños más secretos
y acudir en el instante más solo de la tierra
invocaría a los dioses más perversos.
Aquel con el poder de traerte conmigo
Podría desmenuzar mi alma entre sus manos
Podría beberse mi sangre hasta el hartazgo
todo lo entregaría por un segundo
de tus ojos perdidos en los míos.
Muy, muy bueno, me ha encantado.
un saludo.
Antonio