Creo en ti con la misma fe con que entro en una iglesia, creo en ti cuando tus ojos me bendicen cada noche, cada mañana, creo en tus palabras que recitas con pasión desde el libro de la vida, creo en la sazón de tus labio cuando me besas con el fuego que te sale desde adentro o con la ternura de tus noches más calmas, creo en tu piel de amante eterna que se extiende con mis dedos errantes, ay amor, la orografía de tu cuerpo puedo cantarla a ojos cerrados, creo en nosotros como un árbol que crece bajo la protección de Dios, creo en la veladora que cuida nuestros sueños, la cálida luz que guía nuestros ojos cuando se buscan a tientas para ver que estamos uno junto al otro, amados, bendecidos, creciendo juntos, susurrando cada uno en la oreja del otro: creo en ti

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