En la mañana
muy temprano
te mueves
tus
pasos
alborotan el silencio.
Los rayos de sol
revolotean
entre tus piernas
tímidos.
Huyen
de la cruel oscuridad
del mundo.
Bailas por la
habitación
a cada
paso.
Pero sigues
distante
lejos del ruido
que está a tus pies.
Ahora.
en el eterno momento
del alba.
Y
yo
espío los destellos
que roba el
triste
sol
a tus ojos.
Los recojo
y pienso
triste,
también,
en el tiempo
goteando
y
acabando
con la magia.