Éste texto va dirigido especialmente para esas mujeres que hoy han olvidado lo hermosas que son.
- Te he visto arrodillarte y levantarte con el peso del mundo, llevando cientos de cuchillos, pintados de besos clavados en tu espalda y todavía has seguido caminando, pero nunca avanzando. Te he visto temblar y no de frío, tampoco de deseo. He visto como calca el color del vino que consume cada noche copa tras copa, en tu pálida piel. Mientras sus ojos se inyectan en sangre y se cargan de íra, los tuyos casi no se ven. A noche te vi llorar, vi como algunas de tus cicatrices se habrían de nuevo, pero ya no te quejabas... Te has encerrado en tú mundo repleto de mentiras y falsas esperanzas y estás una puta eternidad tratando de creertelas. Estoy arta de ver como clavas tus rodillas en el suelo para su placer en vez de coger tu corona, reina.