Sé que odias verme a menos de diez metros, que no soportas mi voz ni mi estilo, que odias como me visto y no puedes ni verme por la calle, por eso mismo, paso delante tuyo mil veces al día, y te restriego por la cara que valgo mil veces más que tú y que me causa un gran placer ver como la envidia te come cada vez que pronuncian mi nombre.
-Unos lo llaman ENVIDIA, pero yo...lo llamo ADMIRACIÓN!