Si la mitad más uno es la mayoría , una decisión trascendente queda en manos de un resfriado , de una mala noche , de una venganza o simplemente , de uno , aunque ese uno sea imbecil .
Hay decisiones que debieran tomarse al menos , por la mitad más dos , o , ya puestos , por la mitad más tres , quién sabe si cuatro .
Es difícil un divorcio cuando los que se divorcian se tienen que quedar a la fuerza
viviendo juntos en el mismo piso . Habría , junto con el divorcio , que dejar regulada la convivencia .
Si la decisión que tomase la mitad más uno fuese la de una separación habría que decidir quién se queda con qué y , muy en especial quien se queda con el territorio , es decir , la casa .
También hay que repartir los pasivos , préstamos y deudas .
Hay , por otro lado , que dejar claro que ya que el divoricio se ha legalizado y decidido ,los futuros hijos y parejas e hijos del que impulsó el divorcio tienen todo el derecho tambien a independizarse cuando les venga en gana aunque todo vaya poco a poco rompiéndose en pedazos más pequeños y los afectados acaben perdiendo .
Creo que de todas estas cosas habría que hablar al hablar de referéndum y no solo hablar , sino dejarlas bien habladas y acordadas antes de meterse nadie en según qué fregados .
A lo mejor resulta que si de verdad se analizase a fondo lo que implica separarse , la gente se lo pensaría dos veces . Votar no es solo decidir si o no, sino que votar significar asumir las consecuencias totales de ese si o ese no .
Y resulta , mira tú por dónde , que esa , la facultad de hacerse responsable de las consecuencias de sus actos no es precisamente una cualidad que adorne al humano espécimen, más bien aficionado a seguir sus impulsos y emociones .
El ser humano suele quererlo todo : hacer lo que le pete y desentenderse de las consecuencias .
