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Curiosa Reflexión Me Surgió Hoy...

Su trabajo rutinario, su vida tediosa, sus emociones controladas.

De casa al trabajo, del trabajo a casa.

En el trabajo eficiencia y relaciones cordiales, las mínimas necesarias y sin pasar del pronóstico meteorológico y del comentario televisivo.

En casa problemas siempre problemas, tantos como sean necesarios para no pensar en solucionarlos, para no hacer nada.

Su mujer una histérica - “no sé qué vi en ella”, siempre con “¿podríamos quedar con…?”, “¿invitamos a…?”, y que mal humor tiene! … Ai, si no fuera por lo bien que le sale la paella que comemos todos los jueves, si no planchara tan perfectamente mis trajes, si no se ocupara de los críos ella sola… -

Sus hijos unos locos impertinentes - “a quien habrán salido”, siempre incordiando con que les prometí esto o aquello, siempre enfermos, y como gastan los zapatos, a ver cuando maduran... Ai, si no fuera porque mi mujer quiso tenerlos... –

Sus amigos unos pesados – “no sé cómo les aguanto”, que si les acompañamos a no sé dónde, que si a ver si nos da el aire, que si los críos necesitan hacer ejercicio... Ai, si no fuera por los viejos tiempos… -

Su distracción ver la televisión y leer el periódico – “hay que ver qué mal está el mundo”, la gente está loca, cómo pueden hacer eso, que se les habrá perdido allí… Ai, si no fuera por el fútbol… -
Sus salidas al centro comercial, “no sé cómo les gusta”, y mira que gasta mi mujer, y los niños que pesados se ponen… Ai, si no fuera porque esta todo junto y es sólo una vez al mes… -

Sus vacaciones en un hotel de la costa, “como en casa en ninguna parte”, la comida malísima, los niños todo el día por ahí en la playa con mi mujer, y que calor hace… Ai, si no fuera porque les hace ilusión… -

Su vida sexual los domingos después del partido, “que pesada se pone mi mujer”, que si no le pongo ganas, que si me excita aún, que si me acuerdo de cuando éramos novios... Ai, si no fuera porque aún la quiero… -

Los miro y me pregunto en qué mundo crecieron porque ellos también fueron niños y sintieron curiosidad por lo nuevo, exploraron su mundo mientras crecían y aprendieron de la vida lo que les convirtió en lo que son. Y quiero creer que no han perdido esa curiosidad, aunque pueda parecerlo, que lo aprendido les enseñó a no seguirla; a no explorar lo potencialmente peligroso para ellos; a refugiarse en la ficticia seguridad del hogar y su mundo interior.

¿Cobardes?
¿Hogar?
¿Machista él?
¿Dependiente ella?

Quizás esos u otros juicios sean válidos, pero ¿cómo podrían recuperar el valor para escapar de ese callejón sin salida y explorar más allá de sus miedos?

Naturalmente que no son personajes realistas, que es una visión muy simplista, pero ¿cuántas personas ponemos alguna vez rumbo en la vida hacia derroteros similares?

No perdamos nunca el valor para seguir a nuestra curiosidad y explorar lo nuevo, lo diferente, lo extraño, lo sorprendente, cualquier cosa que nos llame la atención incluso para explorarnos a nosotros mismos. No olvidemos nunca que la evolución nos dio esta herramienta de aprendizaje y quiso que no la perdiéramos en nuestra etapa adulta, exploremos...

La curiosidad mató al gato, ¿pero no es cierto que vivió siete vidas?
Pilsen25 de agosto de 2008

2 Comentarios

  • Dama

    A esos dos no se les puede llamar pareja , no comparten , no hablan , no saben usar el tiempo libre ni el ocupado , no saben vivir y lo m?s importante ....no saben so?ar.

    Hay miles y miles de pareja similares a la de tu relato, se casan y sa encierran en casa , en su "yo" y no se acuerdan que viven en compa??a de otras personas .
    Un abrazo

    25/08/08 11:08

  • Pilsen

    Gracias por leerme Dama,
    desgraciadamente asi es.

    Un abrazo.

    26/08/08 12:08

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