Ella se fue para siempre,/después se secó el ciprés
y yo siguiendo el camino/de pena me moriré.
.oOo.
Mi nombre sobre tu nombre
con tinta de sangre nueva,
grabamos sobre un ciprés,
un corazón y una flecha:
lo radiante de tu cara
eran dos rosas despiertas.
Al poco tiempo ¡mi vida!
escalabas las estrellas,
Dios te llevó junto a Él
¡lirio ya de escarcha y cera!
y se cerró para siempre
tu boca de savia fresca.
Tanto llanto yo he vertido
a tan fatídica pena
y tanto, tanto lloré,
que mis lágrimas se niegan:
que son dos pozos sin agua
mis dos pupilas resecas.
Que del dolor de mi llanto
esparcido por tu ausencia,
también se secó el ciprés
ajado por la tristeza
y ya no tiene descanso,
esta angustia, amarga y lenta.
Mi nombre sobre tu nombre
grabamos sobre un ciprés
y al poco tiempo ¡mi vida¡
Dios te llevó junto a Él.
Tanto, llanto yo he vertido
y tanto, tanto lloré,
que del dolor de mi llanto
también se secó el ciprés.