Esencia de un alma
Hubo un tiempo en el que podía ver. Y he visto cosas horribles, instantes que muy pocos pueden imaginar, brazos despedazados, piernas descuartizadas, cuerpos destrozados, tripas saliendo de los vientres y solo sujetadas por la mano del sujeto, he visto sangre humana correr como ríos y desembocar en alcantarillas, he visto matar seres humanos por menos de lo que vale un caramelo y periodistas regocijados e ensimismados en el horror para captarlo. He visto el horror, el horror de este género que llamamos humano y que se convierte en atroz y genocida cuando no tiene la capacidad de aplicar la piedad.
Todas estas cosas horribles pueden ser superadas, algunos creen que el horror entra por los ojos y se queda impregnado como una foto, pero no hay nada como la vista de un espíritu amputado; no existe ninguna prótesis para eso, no hay cura para un alma destrozada, de todas las torturas, de todas las heridas está es la peor, te permite seguir caminando, pero sin ninguna esperanza, sin tener ningún si sitio donde ir, caminas en círculos como un autómata, sin ningún sentimiento que sentir ni demostrar, la mente está clara pero el alma primero se desangra y luego muere, queda anquilosada en un cuerpo inerte, queda yerma, necrosada, deja de ocupar su espacio para ser solo vacío.
He visto hombres y mujeres deambular por la calle muertos, sin alma, viviendo una andadura hacia la nada, pues nada son, en realidad no existen, son figurantes de esta obra de teatro que los gerifaltes nos han escrito, halcones despiadados que sobrevuelan nuestras vidas atentos siempre, unos para cazar otros como carroñeros para arrebatar la única posesión de valor que tenemos, que no es otra que la dignidad.
Siempre supe cuál era el camino correcto. Sin excepción, yo lo sabía. Pero nunca lo tome, la respuesta es que tomar el camino correcto es costoso, difícil, oneroso, elevado, no soy mejor que nadie e igual que todos, si hubiera tomado el camino correcto no estaría escribiendo estas líneas, mi sangre hubiera acabado en esas alcantarillas que hablaba antes y de allí al mar y ya no sería nada, solo energía en movimiento.
El horror tiene una cara y tú debes hacer del horror tu amigo. Horror y terror mortal son tus amigos. Si ellos no lo son, entonces son tus enemigos, a los que debes temer. Son en verdad tus enemigos.
Estos monstruos que laceran almas también tienen corazón, tienen familias, tienen hijos, están también llenos de amor, pero tienen la fuerza, la fuerza para arrebatar vidas. Si yo hubiese sabido desde pequeño que el cielo es un espejismo y una mentira, tal vez me hubiera convertido en un monstruo que hubiera asesinado, matado y puesto fin al mando de esos potentados, y tal vez entonces nuestros problemas hubiesen acabado. Tienes que tener la voluntad, tu instinto primordial de defensa, el acto reflejo de matar sin compasión a aquellos que saben que sólo mienten, que son escoria y que se valen de nuestras debilidades para hacernos sus esclavos, por ello nuestra moral tiene que ser séptica para ser capaces de utilizar nuestros instintos básicos para matar sin sentimentalismo, sin pasión, sin juicio, sin juzgar ni juzgarse, porque es el auto juzgarse es lo que nos derrota.
Existen vampiros pero no tienen colmillos largos, no chupan sangre, arrancan almas, existe el mal, es como un viento negro que a modo de pandemia se apodera de la prole y la convierte en vasallos de los seres que altivamente miran de reojo nuestras vidas.
Naces y vives una vida, y un buen día te das cuenta que te han arrebatado el alma, debes ser digno y acabar, pero no juzgues ni te juzgues a los que quieran continuar.
Somos hijos del miedo y la esperanza, eso nos hace humanos, yo quisiera ser puro y morir con la esencia pura de mi alma pero tal vez ya es demasiado tarde.