¡Oh Dios, es Tan Grande, y mi Barco es Tan Pequeño!.
¡Oh Dios, es Tan Grande, y mi Barco es Tan Pequeño!
Tu mar, oh Dios, es tan grande,
Y mi barco es tan pequeño,
Que nada bueno puede sucederme
Si tu bondad no me abre caminos
A través de la arrolladora inmensidad del mar.
Tus vientos, oh Dios, son tan fuertes,
Y tan frágil es mi vela
Que ¿Cómo podría yo tan niño ceñirlos
Sobre esta larga y salada estela,
A menos que tu amor sea más poderoso que la ira
De todas los tempestades que acechan mi camino?
Tu mundo, oh Dios, tan feroz,
Y yo tan débil.
Sin embargo, aunque sus flechas a menudo amenazan con perforar
Mi frágil malla,
Me ofreces refugio, a salvo de los peligros,
Donde el silencio abunda, y todo es paz.
¡Oh Dios, es Tan Grande, y mi Barco es Tan Pequeño!.
Vengo de ver a la moribunda madre de mi mejor amigo, la que me quiso tanto, la que me escribía cartas cuando estaba sólo, la que se le iluminaba los ojos cuando me veía, la que tanto me quiso y me dio tan buenos consejos, la que cambiaba una manzana por un un cigarrillo, y apenas tengo tiempo de quitarme el abrigo y la televisión habla de ese niño del que medio mundo está pendiente, pienso: no puedo hacer nada, la vida continua, mi madre me ve abatido y ,me dice, reza, sólo puedes rezar, y aunque no creo en un Dios todo poderoso, dentro de mi algo me dice que tengo que hacerlo, que tengo que ser un buen hijo y hacerle caso a mi madre, y recuerdo este rezo de los marinos Bretones que una vez aprendí en mi juventud, cuando creía que hacia algo por mi patria y por el mundo. No me extenderé, no podemos hacer nada, excepto creer, mentirnos a nosotros mismos, pero hay millones de personas que encuentran consuelo en una mentira, hoy me sumo a ellos, estoy tan desesperado que voy a traicionar mis principios, si al final ese niño se salva, o si Agueda tiene una muerte digna, que importa mis principios, no importa lo que yo piense, ni lo que desee, importa lo que pase, que esos padres dejen de sufrir, y que mi amigo Juan Manuel lo haga. ¿Que importan mis principios?
Sí pudiera ser un ángel y dar mi vida, las palabras sobrarían, yo no importo, las consecuencias sí.
Gracias Regina, pero tus palabras no me consuelan, ni las tuyas, ni las de nadie.
Pol.