Siento frío
Presiento que una helada se aproxima
Un gran rocon de hielo vendrá tocarme la puerta esta noche
No sé si pueda afrontarlo sola
Los silbidos ensordecieron mis oídos
Estoy congelada
Me cubrí mucho tanto como pude
Pero ha sido más fuerte que yo.
El viento no me ha dejado dormir
Me sentí desnuda
Sin nada más encima que mis poesías
Hoy cuentos de terror
A plena madrugada suena el teléfono
Siento el vibrar bajo mi almohada
Algún fantasma perturbándome
Soñolienta conteste
Pero mis ojos se escondían para no ver más allá
Creo que algún mal me acecha
Porque escuche alguna voz pasada
De un muerto que ya creí olvidado
Mi bata azul se convirtió en rojo sangre
Mis penas tenían voz y aun existían
Como perturba el ayer
Solo escuche. Solo eso.
Hasta conciliar el sueño.
Un sueño que desgarra
tu bata de sangre
y deja tu ser al desnudo.
Arrastrando las penas
como cadenas
y derritiendo tu hielo
con flamas del deseo.
Lamiendo las gotas
de tu cuerpo
que transportan la salinidad
de una piel de porcelana.
Asesinando besos
de frustrados amantes
que no quieren salir
de ti.
Prisionero de la lujuria
que genera tu invasora
silueta, inocente
y a la vez provocadora.
Despierta de una vez que ya es hora…
Gaston sequeira y Romina cavero
Gastón y Romina:
Que bello texto nos han regalado.
Esos sueños helados no podrán congelar sus almas de fuego.
Un fuego que forja siempre lo bello y le da forma al sentimiento.
Me gusto leerlos.
Saludos.
Sergio.