Acuarelas de odios, de amor, de ilusiones, de esperanzas. Despertando sonrisas y muecas que giran en torno a una imagen parecida a la felicidad, a la tristeza, o a una temible neutralidad.
Disparas palabras, signos, silencios, lo insignificante, el universo, acariciando o pegando con profundidades que desconoces.
Implantas instantes eternizados, esperando elogios.
Compartes lo importante, lo idiota, lo poco, lo mucho, la nada.
Apuestas sentimientos de momentos que te retratan de cuerpo y sueño.
Pero...
¿Cuánto de tu soledad pintas en el muro?
¿Cuántas caras escondes tras la pantalla?,
¿Quién te siente y quién te ve?,
¿Cuánto crees y cuanto agarras de lo que se te muestra en el banquete?, ¿Quién eres realmente a la hora de ser en esa burbuja de sensaciones y espejismos que te hacen pensar que eres parte de un mundo dentro de mundos perfectos?
¿Cuánto de poesía, de sol, de destrucción, de calidez o de grises derramas en los portales?,
¿Cuánto de isla has construido a tu alrededor?,
¿Cuánto has dejado de nadar?,
¿Cuánto del mundo real has abandonado?,
¿Cuánto del mirar directamente a los ojos has rechazado?,
¿Cuánto te has consumido en la hoguera de la pantalla que estás mirando en este preciso instante?,
¿Cuánto has cortado tus alas?...
Y por último...
¿En que lugar del cuadro te encuentro?
... Tengo un abrazo para regalarte...
ram
