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Mitrio. Introducción.

Nací en un mundo que no podrían imaginar ni en su lado mas recóndito de sus mentes . Un mundo en donde el tiempo no pasa para los de mi especie. Un mundo en donde los que tienen la capacidad de mover, mentalmente, objetos que jamás podrían los humanos levantar con sus manos, son considerados "mortales". Ese mundo era mi hogar, hogar al que llamamos Luxxia.
Luxxia es un planeta tan lejano, que jamás podrían conocer exactamente su ubicación, pues no aparece en el plano universal conocido actualmente por ustedes, los humanos. Mi mundo es algo que tal vez ustedes llamarían "celestial", por nuestras particulares características. Yo, hijo de Stem, Dios Luxxo de la Vida, y Lanam una "mortal" de mi planeta, era el próximo heredero al puesto de mi padre, pues un Dios de Luxxia solo podía tener hijos si la madre era una "mortal".
Pero digamos que en mi caso, mi vida no fue como la de la mayoría de hijos de Dioses Luxxos, mi madre nunca estuvo de acuerdo con reconocerme como su hijo, yo tenía unos siete años humanos (en cuanto a apariencia), cuando mi madre me abandonó. A esa edad, catorce mil años en mi planeta, ya creaba cosas imposibles para los "mortales" de Luxxia, como el agua, plantas, animales. Mi madre quería un hijo "normal", no al hijo de un Dios que ni siquiera la consintió durante el embarazo, que en mi mundo dura tres meses humanos.
Hoy mi realidad es otra, no quise ocupar el lugar de mi padre, y el rehusarme a eso me convirtió en un fugitivo de la ley Luxxa. Deseaba más que nada ser normal, tener mi vida lejos del planeta que me vio sufrir. Tenia que escapar de mi realidad, ansiaba la felicidad lejos de las preocupaciones que implicaban ser quien soy.
Decidí huir lo mas lejos posible, había leído y visto el universo que me esperaba, pero había una particular forma de vida que me había llamado la atención profundamente, la vida en La Tierra en la galaxia Dorada como se la conocía a la Vía Láctea en mi planeta.
Decidí llevar conmigo no mas que mis conocimientos, mi cultura y esperanzas. Solo tenia un problema, mi apariencia. Al ser quién soy se me facilitaba la adaptación pero había rasgos que no podía camuflar, solo me preocupaba la gran cantidad de cabello sobre mi cabeza, pero ¿qué podía importarme el largo de mi cabello o su color platinado, el blanco de mis ojos o la palidez de mi piel, al estar en un sueño hecho realidad para mi?...adaptarme a este tipo de vida terrestre era todo lo que quería, y el olvidarme de las preocupaciones de mi mundo.

¿Mi nombre?...Mitrio, ¿edad?, cuarenta mil años en mi planeta, ¿apariencia?, veinte años en tu planeta, ¿intereses?...ser normal...
Redmoon07 de mayo de 2012

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