Te encontré cansado, hermano.
Astiado, asfixiado,
Dolido, auyentado.
La moral rozaba el suelo,
del infierno quise sacarte y al sol llevarte.
Vuelvo por ti, corazón valiente.
Busco a Dios por todas partes,
por ti le rezo, en paciencia me digo,
Quién mató la mano inocente.?
Quién la vida arrancó?
El cruel asesino que lo hizo,
Juzgado será por Dios!!!.
Un anhelo, pero para una inmensidad será demasiado tarde y obligará a vivir un mar de lágrimas a muchas almas, en espera de la ansiada eternidad