Guardo la palpable nitidez de un aroma que impregnado de nostalgias se
hace presente en mi.
Me refugio en las mansas verdades que hicieron posible los más bellos
sueños, una sutil tibieza de unos placeres a medio camino entre la veneración
y la muda sinceridad.
Un escalofrío me recorre la espalda, con la voluptuosidad de una tortura,
un frenesí, un sueño, un adiós, unos ojos que con el tiempo se envalentona en el
olvido.
Amargas gotas abarrotan unos ojos, que distraído en repeticiones infinitas, se desintegran en el infinito.
En la melancolía de la tarde, un paisaje me emociona, el frontispicio de los montes que engendran sueños pasados, en la apaciguadora y desnuda cubierta de mi recuerdo.
Pese a las ataduras deseo conocer las fuerzas indefinibles con las que a la
postre, se regulan todos los actos humanos.
Del agua nace la sed, del calor nace el frío, de lo humano nace lo inhumano,
de la imaginación,,, nace los sueños.

ReginaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos