El tesoro de Omar
Hubo una vez un Emir de oriente , que ponía a sus servidores a recoger piedras, para eregir un mausoleo.
Tantas y tantas cojieron, que un hueco enorme dejaron, dejando ver un hermoso lago que salió del suelo, tan bello era el lago, que gentes de todo Oriente venían a bañarse en el.
Dejo el Emir atrás el edificio que en su mente erigió a su muerte y en su lugar, decoró con mimo aquel lugar tan hermoso, las bellas mujeres se reconfortaban los pies. Niños reían y ancianos disfrutaban del placer del paraíso.
Así paso de trabajar para la muerte, a sonreír para la vida.