Un cielo inmaculado, penetró en su retina, un aire con olor
a primavera, y ese dulce perfume de sentimiento a faccinación,
hacia presagiar una buena semana.
El recojimiento era total, como si de viernes santo se tratase, pienso he malgastado,
torbellino de miedos, espantosos silencios, silentes palabras, y no comprendí que tenía que vivir.
Ahora veo que no he hecho nada, he vivido un sin vivir, he soñado el mundo imaginado,
memoria solo que barbota mi paladar.
Un profundo estremecimiento germina en mí, cuando anoche, como de costumbre, miraba
las estrellas, eran las 8,30 pm y una llamada emergente me hizo sobrelsaltar, mira al cielo hermana!,
unas estrellas surcaban el cielo negro en busca del Este, eran estrellas móviles, empezamos a contar, pero con el aumento se fue la cuenta, serían más de cién las estrellas que surcaban el cielo en busca de no se qué, dulces silencios, no se oia nada, solo las luces blancas, paseandose de Oeste a Este, en oleadas, ahora una, !mira!, ahora van dos!, mira!!, y así una hora, hasta las 9,30 en que ya no vimos nada más, una hora de estrellas pasando con velocidad no usual, no eran fugaces
!No!, eran con largos trayectos , es estremecedor el espectáculo!!!.
Qué serían????.
Hola, Regina
Ojalá sean así de largos los trayectos que nos aguardan, longitudes que nos permitan redimirnos y explorar hasta el último rincón.
Gracias por compartirlo