Polaris
Hay seres que nacen y vagan por la vida como las hormigas, pertenecen a una colonia y siempre harán todo lo que esta en su código genético. Los seres humanos somos parecidos, pero un tanto por ciento, tenemos conciencia de nosotros mismos y somos capaces de elevarnos sobre nuestro propio destino como la leyenda de Ícaro y Dédalo, queremos tocar el sol, pero nuestra mortalidad derrite la cera con la cual están pegada nuestras alas e irremediablemente caemos hacia la deriva de nuestra propia restricción.
Pero en ese hermoso viaje mientras caemos somos capaces aquellos que tuvimos la valentía de revelarnos y querer volar, aquellos que quisimos querer indagar otro espacio que no fuera el mismo que nosotros mismos ocupamos, mientras esa libertad existe, somos dueños de nuestra propia consciencia y podemos escribir odas con inimaginables combinaciones que nos perpetúan más allá de la muerte.
Este escrito es eso, una escultura cincelada a golpe de tus sentimientos y aunque el dolor embriague la circunstancia, la belleza de lo que nos dice supera la efímera forma de lo que somos.
Creo que este texto te eleva a un estadio superior al que estabas, para que entenderlo, no vasta con leerlo, hay que sentirlo y no todo el mundo está capacitado para leer entre lineas lo que está escrito y aquello que quiere volar de forma autónoma y salir de él para eclosionar como un nuevo pensamiento sin limites terrenales.
Te felicito, Regina, no sólo eres una magnifica escritora, eres un ser que se ha sobrepuesto sobre su propio sufrimiento y derrotándolo nos das en cada escrito una nueva idea de lo que debería ser la vida, la verdadera vida.
Te mando un abrazo.
Pol.
12/04/19 07:04