oda a los pies
Fuiste amigo de la tierra, del mar y sus espumas,
al abrigo de pieles color alquitran
juramos amor eterno.
Tierra mojada nos bañó y la sal nos curtió .
Aspiramos polvos del camino que no llevaban a ningún
sitio, pero fuimos fieles y seguimos andando.
Fuimos testigos de dolores y calambres, de guerras fraticidas
contra el suelo, y derramamos sudores fríos, que hicieron
temblar el suelo.
Pero yo florecí a tu lado, mientras avanzábamos.
Nacimos los dos en un verano caluroso y nos abrimos
pasos a los pocos meses, el sol nos doró en verano
y el agua del mar nos refrescó.
Semilla que posas los pies en la tierra, gracias por aguantar
mi peso y mi andadura.
Muy buen escrito a tus divinos pies y por ende a los del mundo, segun lo veo yo. Un abrazo.