Hubo, hay, habrá, un lugar en el espacio, que parecía intemporal, cada vez que iba y estaba allí, sentía mi corazón, me sentía a mi misma, solo se oía el estruendoso sonar de la mente, pareciera un cúmulo de ruedas dentadas enlazadas unas con otras, y cada milisegundo se notaba el crujir de los dientes rozandose en singular baile.
Debí perder la conciencia, porque de repente al despertar de ese"sueño",
habían pasado cosas que no vi, cosas que no supe.
Con el paso del tiempo y habiendo salido del sitio en cuestión, me di cuenta que en ese trance tan drástico, perdí el horizonte, solo las nubes eran exactas a las primigenias.
Tras examinar las noticias, supe de un desastre que inundó la tierra, de una emergente guerra que no fue, de un asteroide adherido a la luna, de un enjambre de objetos que estaban desde siempre sin ser vistos y que luego se dejarían ver.
Tantas y tantas cosas en el trascurso de ni siquiera un solo segundo.
De este modo así, caminé entre el presente entre distintos presentes habidos.
