Alguna de Aquellas Noches
27 de noviembre de 2011
por reich
El silencio de la noche es apabullante. La oscuridad, el frío, la presencia de nada, el vacío de todo. A lo lejos el eco apagado de mis pasos, uno detrás de otro, sin preguntar adónde, ni cuándo, ni mucho menos por qué. De techo las estrellas, miles y miles de estrellas que sirven para hacer más creíble mi utópica e infantil visión del mundo. Calles llenas de vacío que me gritan en silencio. Se acuerdan de todo: de ti, de mí, de esto, de lo otro. Se acuerdan de cuando yo no era yo y era alguien mucho mejor. O tal vez no. Se acuerdan hasta de lo que yo creía olvidado y me recuerdan que yo ya no soy yo, que la noche ya no es tan silenciosa, ni tan fría, ni tan oscura; que las estrellas ya no brillan tanto y las calles, aunque vacías, ya no gritan. Se han quedado mudas, mudas al ver que yo ya no soy yo.
Irreconocibles se vuelven las calles... y ellas no te reconocen. Mira que me he sentido así en algunas ocasiones.
Si aún existe eco en los pasos, quiere decir que seguimos en el camino.
Saludos muchos!