La sinfonía de las estaciones, llora Vivaldi.
Entre jilgueros anoréxicos destaca el canto feroz, casi felino, de las golondrinas que retornan escoltando el sol; presas del embaucador aroma primaveral.
Dulces y melifluas aguas besan las laderas llenas de un verde vivaz, las flores retoman sus danzas.
Ha sido turbada su latente imperturbabilidad y las crisálidas también florecen.
Cromatismos inefables, mar vegetal.
Bello texto. Un saludo cordial.