Voltereta
Cuando nuestra mente se pone a elucubrar, en ese instante mágico que separa la noche del amanecer, nos sentimos seres vulnerables, transitamos páramos de soledad en los que sentimos como el corazón se nos encoje y nos volvemos diminutos. Tal vez sea en ese momento, cuando nuestra alma infantil viene a salvarnos del sentimiento agónico, de sentirnos indefensos ante la grandeza de la vida.
Tu forma de escribir nunca deja de cautivarme.
Un saludo.
09/09/19 11:09