¡Dolor! que dura una vida, sola la noche, ¡Que sola la luna!
deje Señora, que cese el duelo
que pare el desconsuelo, desnude su cuerpo.
Delicioso su andar, tocando estrellas
vicios encuentre en su vientre, la mano atrevida,
frunza su piel el deseo, deje rumor de ginebra en sus labios,
moje su lengua con fuego.
Oscura compañía, sedienta e impune soledad
con olvido sin ventura dejas a esta mujer, sola con su almohada
sola, alivia sus penas, sucumbe afligida
¡Soledad! Fragata de mares, has robado su dulce aliento.
¡Oh! mujer de noches oscuras, de silencios devorados,
sucumbe al deseo claro oscuro, desnuda y prudente
imprescindible tenerte, oportuna la noche, oportuna la luna.
Pero qué grande eres Rotter, poeta de altos vuelos. Me dejas sin palabras.
Siento como si me cantaras a m i el poema. Me identifico en él.
Gracias por estos versos
Me lo llevo a mi archivo para que me hagas compañía y cualquier día puede ser que te de la réplica.
Te quiero mucho.