Tengo una entrevista personal con nuestro terapeuta esta tarde. Yo se lo pedí. Le pedí que me tratara una o dos veces al mes ya que pensaba era necesario tras haber rechazado a mi último psicólogo. En el pasado estuve visitando a uno que me ayudó a comprender y perdonar mi infancia y adolescencia. Un tratamiento que claramente no sirvió para el futuro, solo para el pasado. Hasta ahora no había conseguido cortar ni tan si quiera frenar los consumos. Era evidente. Por el contrario, mi último psicólogo no sirvió para nada. Quizás tuviera que haberle concedido más sesiones para valorarlo. Yo creo que no. Cuatro fueron suficientes. Por eso le pedí a Pedro que me tratara de forma paralela al grupo, básicamente por un solo aspecto, y hoy me doy cuenta de que eso no supone el lastre que creía. Mi comportamiento exhibicionista no es la razón de mis consumos. Hoy quiero decírselo. Quiero que sepa que solo es algo más. Otra conducta asociada directamente a las drogas. Por eso quiero darle las gracias. Porque ha sido él quien me ha hecho seguir indagando en mí hasta descubrir las razones que me sujetan a esta terrible adicción. Ha sido él quien ha insitido (y sigue haciéndolo), hasta que yo sea capaz de ver lo que me pasa. Y es todo muy reciente. Fue el lunes cuando él y mi grupo me sometieron a un tercer grado, y me marché a casa removido y pensativo. Esa misma noche empezaron a aflorar viejos resentimientos, aunque con nuevos disfraces. Aún estoy dándole forma, porque hasta el lunes no me toca hablar, por eso quiero hacerlo bien. Quiero averiguar qué está pasando dentro de mí. Porque sea lo que sea lo enterré muy profundo y ahora me cuesta mucho identificar. Por eso me he prometido que este fin de semana voy a sentarme a escuchar a Schubert con una libreta y un lápiz, a preguntarme qué cosas son aquellas que no me gustan y cuales sí, y voy a anotarlo todo por muy pueril que sea el resultado. Luego lo expondré en terapia y veremos qué herramientas utilizamos para solucionar los problemas que resulten.
Además de la entrevista hoy tenemos un grupo mixto. Hoy nos vemos las caras parientes y pacientes para contarnos que tal nos va a todos. Nos dieron una serie de ejercicios para que fuéramos pensando en las respuestas. Siete preguntas relacionadas con los cambios que habíamos hecho a nivel personal desde que empezamos el proceso.
Los mixtos son un poquito inútiles. Personalmente no creo que sirvan para nada, ya que si a muchos les cuesta hablar en un grupo cerrado entre compañeros cortados con el mismo patrón, ¿cuánto les supondrá hacerlo delante de sus familiares también? Yo no suelo tener problemas con eso, me pongo un poco nervioso al principio claro, pero luego me relajo y hablo con soltura, aunque con muchísima incoherencia. Me gusta opinar sobre todo, ayudar en lo que pueda, cuestionar lo razonable, y sentir que lo hago. Y esta noche no será menos.
Gracias.
Saludos igualmente.