Buenos días princesa, eso era todo lo que esperaba, eso era todo lo que pedía, quería tu voz al levantarme, escucharla cuando viera que el sol reflejaba en nuestros rostros. Ilusiones eran todo lo que me formaban, ganas de vivir contigo y crear algo nuestro. Esa mirada, tan tan bonita y tan malvada a la vez, la misma que hacia que creyera todo lo que me decías, la que hizo que me lanzara sobre tus brazos y la única que consiguió que yo soñara.
Tal vez, sólo tal vez, fue ése día, el que recordaré para el resto de mi vida, y el que seguramente ya no podré borrar de mi mente. Solos, los dos, bajo la eterna lluvia que hacia nuestros corazones latir sin cesar, me cogiste por la espalda, tan finamente y haciéndome creer incluso que lo nuestro era amor... cogidos de una mano mientras tu con la otra poco a poco ibas acariciando mi pequeña espalda con esa calma y esa tranquilidad. Hablamos, de cosas sin sentido, quizás creadas por el nerviosismo de la situación, cuando te abalanzaste sobre mi, cuándo rozamos los labios con ternura y notaba tu piel con ternura, nuestras miradas se juntaban, clavándose una sobre la otra, esos ojos oscuros que me hicieron sentirme tan diferente.
¿Sabes? fui muy ingenua, sigo queriéndote como el primer día, incluso llegaría a decir que cada día más, aún paso las noches esperando que suene el teléfono y oiga tu voz pidiéndome un simple beso, mire donde mire te veo, tu aroma me sigue a todas partes y tu mirada esta en mi cabeza en todo momento...
Cometí mi peor error, me he enamorado, de ti, el que no me supo valorar, el que me dejó cuando más te necesitaba, la persona a la que más quería, ahora no sé como borrar esas palabras, ahora no sé como imaginarme malos los momentos contigo, ahora veo que es inútil intentar sacarte de aquí, sólo me queda esperar y tener esperanza en qué el tiempo te borre y no deje huella, va a ser difícil, muy difícil.
Buenas palabras, te entiendo...