Fue algo mágico... Sentir cómo la fuerza con la que sus brazos me rodeaban iba disminuyendo, cómo sus ojos cerrados dejaban de estar en tensión, cómo iba relajándose todo su cuerpo y el peso caía sobre el colchón...
Y poder mirarle, observarle como tantas veces había querido hacer...Y a la vez acariciarle, deslizar la mano suavemente sobre su piel, intentando no despertarle, intentando que siguiera sintiéndose así de bien.
Nunca había experimentado algo así, nunca nadie me lo hizo sentir... algo tan grande y tan difícil de explicar. Algo tan normal, pero a la vez tan difícil de conseguir. Algo tan simple como una caricia, como una atención, como esos momentos de pasión... Pasión sin ninguna mala intención.
Sólo puedo decir que me encanta... cuando estoy con él siento que no pueden atravesarme ni las balas, que puedo confiarle absolutamente todo y que no tengo por qué tener miedo de nada. Que todo en esta vida es posible, en la compañía adecuada.
