Indeseable sensación de espanto al
sentir el crujir de la puerta al abrir, la madera rechinando con cada
movimiento, lento, pasivo. El girar de la manilla, un leve y casi sordo
alegato del resorte tras la manilla de tibio metal.
El agua se
detiene, y tus ojos miran exasperados hacia todos lados, mientras tus
manos buscan la toalla en el colgador del baño, con el vapor esparcido
en tan amplio baño, impide ver hasta la puerta, como un callejón
sumergido en la oscuridad nocturna.
Pasos, un caminar pausado,
tac, algo toco la pared del costado del baño, y tus ojos se posan fijos,
intentando seguir una figura invisible, a una velocidad indeterminada,
de aspecto inimaginable para la situación.
Sientes tu corazón
agitarse, aumentando su ritmo levemente, tu cuerpo sudando entre el
calor provocado por la presión del miedo y la sofocación debido al vapor
que se mueve como neblina densa y clara en el lugar.
Nuevos
pasos, ahora más rápidos, tac, tac, nuevamente algo golpea la pared del
baño, sientes manos sobre ti, un pitido en tu oído, el movimiento veloz
de alguien a tu lado, moviendo la densa neblina, pronunciando tu
nombre
Miras frenéticamente entre la confusión, nuevamente,
frente a ti esta vez, estiras tus manos, y comienzas a gritar, te caes
de la tina, resbalas con la toalla que yacía en el suelo, un golpe leve
en la cabeza, parpadear continuas veces para aclarar tu mente y dejar la
presión de lado, mientras sientes caer un líquido desde tu rostro,
sangre de nariz, buscas el confort sin voltear el rostro, sientes que te
observa desde el costado, como un niño curioso investigando el mundo,
con los ojos bien abiertos
Continúas mirando al frente sin
parpadear, sin poder observar nada, todo está como una sauna, pero aun
no puedes ver el otro extremo de la habitación, mientras sientes que
acarician tu pelo, dicho niño oscuro que te mira impaciente desde al
lado, sus manos lisas con tu cabello mojado, intentas hablar y la
presión te impide modular, no se entiende lo que dices y su cabeza se
ladea, se levanta y se va.
Te relajas por un momento, y te
levantas, todo ya pasó, tomas la toalla y te secas el cuerpo, comenzando
desde las piernas, y lo sientes caer, el frasco de jabón, miras atento
en la dirección que acusa el sonido, y duele, arde, observas tu pierna,
un hilo de sangre comienza a caer de esta, un corte largo y profundo, te
alteras y la sangre fluye desde la abertura como el agua desde el
manantial, te sobresaltas, te impulsas hacia atrás y ves todo negro, la
misma sensación de dichas manos, suavidad y oscuridad, estas segadas,
sumergida en el juego de la muerte, mientras escuchas las risas del
niño, y entre tanta oscuridad ves sus ojos grandes, como dos perlas de
agua brillantes en la oscuridad del río en el anochecer de ese mismo
verano
Cierras los ojos e imaginas el último sueño feliz,
sabes que te espera la muerte, te resignas a la vida, dejándote morir.
Por un momento me recordo aquella famosa escena de la pelicula "psicosis"... te estas ba?ando y de pronto un tipo vestido de mujer y con un cuchillo en mano se aparece en escena... eso si da panico, jaja.
Oye te estas volviendo sumamente buena al darle detalles al lector, este escrito es muy descriptivo, te felicito, de verdad. Me gusto mucho la "moraleja" final.