En Las Calles de Santiago
Veo...
En las calles de santiago veo la lluvia caer pasiva, chocando con el suelo, salpicando al olvido de soledad,
Por las calles de santiago veo pasar autos veloces, con su capa de metal empapada en lágrimas de un mundo en destrucción, y en los reflejos de sus ventanas puedo ver la cordillera de nadie, dividida por la miseria de la humanidad, nevada en lo alto de sus picos, quizás con alguien congelándose entre se blanca inocencia de supervivencia.
Por estas calles veo, la cruda realidad, aun bajo el diluvio que nació entre el alba del amanecer, y aún continua, luego de que el sol se escondiese sin que nadie lo lograse ver, veo gente descarriada de su camino, desconcertada por la frialdad de algunos, violadas hasta en su más mínima inocencia y pureza, violada hasta que su cuerpo no lograba respirar, autos veloces haciendo carrera llevados por la adrenalina que carga la lluvia sobre sus cabezas, sobre sus frágiles mentes, chocando en algunas esquinas, resbalando cuando intentan frenar, atropellando gente y continuando a máxima velocidad, y tras los vidrios veo la cara psicópata llena de éxtasis melancólico, cargada con la emoción de no saber cuando morirán.
Entre las calles santiaguinas veo, los ventanales de hogares, abiertos, y la soledad sumiéndose en los pensamientos de alguien más, mientras postrado sobre un sillón ven la tele, sin gesto, sin emoción, la rutina cotidiana cuando el cielo llora con todo su esplendor, y se quedan ahí, te miran unos segundos, les da igual lo que su estado pueda hacer pensar, desvían la mirada un segundo y continúan viendo sin comentar, sumidos en destellos de propagandas mentirosas, en destellos de colores luminosos que atrapan su atención
La melancolía no cesa, quizás no lo haga mientras el cielo siga lloviendo, pero sigo viendo, en las calles de Santiago veo, esta soledad, llorando manantiales de casas abandonadas, de casas en riña, veo como todo se convierte en años y años de falsa prosperidad, la tecnología creciendo como nunca antes, nuevos hallazgos, descubrimientos, pero la vida, se pudre con cada capa más de metal, se pudre en un olvido interminable
En las calles de Santiago veo, lo que quizás los ancestros jamás quisieron ver, la destrucción de su continuidad, la destrucción de un mundo inocente, impuro por sus habitantes, funcionando por la inercia de no poder detenerse, por la inercia de continuar hasta que sus fuerzas la abandonen y deje de girar
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Jorge
Saiuru; Algo similar experimento, al contacto visual con las calles, y en si todo ese laberinto citadino en el que vivimos, junto con sus personas, que extra?amente le dan vida.
Saludosss...
16/08/08 05:08
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Mejorana
Qu? bello texto Saiuru.
Estoy deseando pasear por las calles de Santiago.
Y no te preocupes por los cambios, todo est? en continua evoluci?n.
Un abrazo
16/08/08 02:08
