Soneto de la creación
Era yo un niño de ramas oscuras,
que sentía por mis venas desnudo
sueño de flores bebiendo en crudo
solitario néctar de las más puras.
En la noche sólo buscaba el mudo
momento llenando de quemaduras
el cuerpo roto que con costuras
semillas de sombra sembrar no pudo.
Fría Luna de piel quedó colgando
sobre oscuras huellas de aparecido
que de frío acabaron cabalgando.
Sobre frío nació el doble latido
y sentí mi mejilla palpitando
por sentir el corazón aturdido.