Déjame
que te hable
de los últimos meses
en que fui percibiendo
la belleza
abriendo paso a mi derrota.
No preguntes
permanece en mis brazos
dormitando
necesito decirte tantas cosas
mientras brota
el amor
como una nueva luz
ante mis ojos.
Déjame ahuecarte
los cabellos
con mis dedos alados
e ir secando en tu rostro
las espigas plateadas
de humedades
doloridas.
Déjame descubrir
sobre la piel nocturna
la belleza que escondes
- cauce de soledades-
rozando con mis labios
los rincones intactos
de tu boca
y envolverte en el beso
más sentido.
Carlos, creo que con palabras tan bellas no hace falta que pidas que te dejen, sino que reclamarán que tus versos se hagan realidad. Precioso poema, un beso.