El ser que más me asusta
soy yo mismo.
Tardas en darte cuenta
que a tu enemigo
lo tienes delante del espejo
y al que hoy respondo
sin miedo
a sus preguntas
sin remitirle a nadie
cada una de mis culpas.
El ser que más me duele
está en mis ojos
que habitaron
el reino de los ciegos
proyectando "mi mundo"
sobre aquellos
que llenaban mi vida
sin saberlo.
El ser que escribe ahora
sin embargo
es el mismo de siempre
que en un papel
no caben los engaños
ni existen piruetas
para driblar al corazón
de deudas y de arrugas
en todos estos años
de imposturas.
El ser que quiero ser
no está tan lejos
va caminando cerca
y se aproxima.
Carlos (Ser no es fácil).