Lo más probable es que te quiera a mi lado
pero luego no te deje entrar.
El tiempo y el espacio los siento muy míos,
sin querer me enganché a la soledad.
Me transmite paz y me hace sentir libre,
aunque a veces me parece demasiado intensa y acentúa las distancias,
haciendo que yo ocupe un espacio delimitado en referencia a los demás.
Esa sensación me lleva a desear compañía,
pero al tenerla muchas veces me resulta vacía.
Es tan fácil aburrirse con lo superficial,
que a veces pierdo el interés de forma prematura.
Tienes que excitarme el cerebro,
ser directo y decirme de qué pie cojeo,
háblame de lo que desconozco
e intenta rebatir mis argumentos.
Construyamos conversaciones profundas,
de esas que no interesan a casi nadie,
no soy buena para las conversaciones superficiales.
Vamos a perdernos en lo posible,
en el puede y en el quizás,
pero perdámonos sobretodo en sentir la conexión.
