Es tarde y mi corazón está inquieto. De pronto siento que le falta el aliento porque no te ha sentido.
Mi alma se apresura a traerle el recuerdo de aquel día que tu figura de ángel apareció en aquella habitación.
Casi al instante mi corazón suspira hondo para lanzar al aire la promesa de un próximo encuentro.
Ay amor mío como te quiero.