Con mis ropajes de caballero
me lanzo a perseguir sueños,
con mis ojos verdes vuelo
como el águila que soy, sin dueños
Siento el viento esquivo a mi paso,
rompo las cadenas del universo
donde la bestia reina a su merced
creando y quemando nubes en el cielo,
pues soy el caballero paciente
de la sonrisa eterna, un demente más
en esta vida del juego invisible
entre el ocaso y edén.
Ojala todos pudieramos ser como ese caballero que ahi describes. Precioso poema, un beso de celofan.