Hoy he pasado por delante de un control de la policía nacional mientras buscaba aparcamiento como un insecto espera su momento perfecto para picar. Dos veces pasé con mi flecha plaetada, un pequeño citroen saxo gris, y nada, hice mi pase de modelos y listo.
Esto me hizo recordar una historia pasada en un control de alcoholemia de la guardia civil. Hace ya seis años, mi novia trabajaba sirviendo en bodas y yo la llevaba y recogía. Total, que a las 3 de la mañana, medio dormido de haber pasado las horas en el sofá viendo un programa de cotilleos, cojí mi coche y me lancé a la carretera, con mi perro ciro en el asiento trasero. Bueno, que quede entre nosotros... el perro se ponía donde le apeteciera, ya fuera la palanca de cambio, el asiento de al lado, en mi rodilla o atrás. Como era pequeño, no entorpecía mi conducción. Bueno, pues llego a una rotonda, y el guardia civil de tráfico que me da el alto. Yo tranquilamente, pues mi cabeza aún en el sofá riéndose con los cotilleos de los famosos, paro la flecha plateada, apago el motor y me pongo a buscar el carnet de conducir.
- ¿ha bebido usted?
- No, vengo de mi casa y voy a recoger a mi novia.
-¿Y el perro?
- No, tampoco ha bebido.
A esas horas, ¿me va a hacer pensar? No, gracias. Yo iba con mi piloto automático, tipo Homer Simpson, pensando en la cama cuando volviera. Que cara tendría yo, que el hombre no se lo tomó a mal, y solo me regañó porque el perro debía de ir en el maletero, con unas rejas que le separaran del resto. Ciro era de raza indefinida, como viene en su D. N. I., no un doberman ni nada parecido. Además, era como un hermano, y demasiado que no lo senté delante con el cinturón de seguridad abrochado.
Para ser mi primera prueba de alcoholemía, que marqué cero (para los malpensados) no estuvo mal. Supongo ya a toro pasao, se quedaría pensando si le tomaba el pelo con lo del perro.
Pepe me has hecho reir con tus cositas de vida cotidiana!!!
Cuentanos de las que te dieron positivas jajajajaajaj digo la proxima jajajaaj
Abrazos