Un espejo cruje
y los mil rostros de aquella que fui
caen al suelo, irrumpen mi presente,
alteran mi sentir.
Recuerdos que astillados buscan unirse en mi memoria.
Yo y mis otros yo viven intensamente una juventud,
aman sin dudas,
ríen sin prisa...
Un espejo cruje
corro sin mirarlo,
me asustan viejos rencores,
me persiguen lágrimas pesadas,
rondan antiguas palabras...
Un espejo cruje
y yo, sin miedos, lo sostengo contra mi pecho,
encierro a mis otros yo
y vivo una plenitud sin tiempo,
amo sin medida y vuelvo a sonreír.
Mis amigos, sin olvidar que las palabras hacen eco en mi almohada, vuelvo para compartir estas que acompañan mi trasnoche.
Cariños.
Sill