Me despierto entre papeles y al mirarlos encuentro aquel adiós incierto. Levanto los ojos y me veo en el espejo. Ellos están llenos de lágrimas a pesar de que los años de ese amor quedaron atrás en el calendario. No sé porqué todavía me duele. Quizás porque tengo la pena de creer que era el amor de mi vida y lo dejé escapar...
Me siento en la cama a recordar y el álbum familiar me da todos los detalles de una sonrisa que hoy no logro dibujar; me da eventos que hasta hoy no puedo disfrutar; me da amigos que hoy he perdido de verdad...
Cierro todo y me acuesto para intentar no soñar contigo una noche más. Dejo que en mis pensamientos aparezca tu voz, y me devuelva el recuerdo de algunas pasiones de amor...
Ya no consigo dormir, ya no deseo soñarte... Entonces me levanto y camino hasta el jardín donde encuentro entre escombros nuestro pequeño jazmín y todo sigue aquí y todo me lleva a ti.
Cada rincón de esta casa, cada gesto de amor... A pesar de los años aún camina por esta casa tu fragancia y tu ilusión de convertirla en un palacio. Andas como esos fantasmas que retienen al amor para que jamás los olviden... Y esa sensación me lastima aún más.
Amanezco en la hamaca con las manos heladas y con la seguridad de haber soñado contigo... Y así todo vuelve a empezar... las lágrimas en los ojos, las fotos de aquel pasado feliz, las risas que jamás voy a volver a sentir...
La ausencia ha ahogado a la protagonista entre bestias del recuerdo, que merodean sus recuerdos tocando lo mas sensible de su recuerdo dejando su aurora triste. Muy lindo relato besos sil!