El paso de mis recuerdos,
Han tenido un toque sangriento,
Se han atado finamente al sufrimiento,
No tengo lenguaje cotidiano, y lo acepto,
Pero en la sociedad soy un acontecimiento.
He dejado mucho en manos del tiempo,
No pienso recuperar los malos momentos,
Aunque vea la sangre correr tras un lamento,
Y se pierda mi mirada en el oscuro averno.
Se ha pintado de escarlata ese camino,
Por donde mis recuerdos han recorrido,
Se llevaron el tinte en sus espaldas,
Y se desvanecieron en la nada.
Sin simetría, ni cordones que lo aten,
El poema sonará en la mente que lo llame,
Dará vida a la oscuridad que habita en él,
Correrán tras él y no lo podrán detener.
Un viejo sentimiento despertó,
Al ver el pasillo viejo,
Un poema refutó, lo que decía el talento.
La soledad se apartó, se tranquilizó mi corazón.