No sé como describirlo...
Se le marcaban las clavículas, estaba lleno de pecas y lunares que parecían incontables, igual que su espalda. Siempre me ponía muy triste cuando veía una marca en su hermoso cuello, cuando se ponía chaleco hasta arriba o cuando dejaba que otras personas se lo tocaran, pensé en ir como todas las demás a hablarle y colgarme de su cuello al abrazarlo, llevar mis manos a través de su nuca y acariciar su pelo negro azabache pero nunca lo hice, me daba miedo que me rechazara, me daba miedo la verdad.
Solo quería perderme en la curva de su cuello y no encontrarme nunca más.
